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Días de fiesta

matzah

Pésaj es la primera y más importante fiesta del calendario judío y se celebra durante siete días (ocho en la diáspora), de los cuales el primero y el último son días de reposo, en los que está prohibido el trabajo cotidiano. En ella se festeja la liberación del pueblo judío de la esclavitud de Egipto.

Pesaj significa «saltear» o «saltar» y esencialmente lo que se festeja es la libertad, porque Dios ordenó a Moisés que se matara un cordero y que con su sangre se pintaran las puertas de las casas, de esa manera se identificarían los hogares hebreos y serían salteados por Dios al momento de matar a los primogénitos egipcios. Esta fue la última de las plagas y reforzó notablemente las negociaciones que Moisés estaba llevando adelante con el Faraón para obtener la libertad.

La ansiada salida de Egipto se dio de manera inesperada y no hubo tiempo de hacer el pan en el horno como todos los días, la masa entonces se dejó secar al sol y el resultado fueron unas galletas chatas, sin fermentar.

Por esto, es tradicional durante los días de la fiesta evitar el consumo de todo alimento fermentado o leudado. Además, la primera noche de Pésaj se celebra una cena especial denominada Seder, «orden» en hebreo, y quien la preside tiene delante de sí, sobre la mesa, la keará o fuente con los símbolos del Pésaj.

El Seder está diseñado para simbolizar la experiencia de pasar de la esclavitud a la libertad. Además de Matzah (el pan ácimo), se toman cuatro copas de vino – correspondientes a las cuatro expresiones de libertad mencionadas en la Torá. En el comienzo del Seder se comen Karpas, un vegetal (por ejemplo apio, perejil o papa) remojado en agua con sal, para conmemorar las lágrimas de los hebreos por el trabajo forzado. Más adelante, se comen Maror, las hierbas amargas. Aunque muchos tienen la costumbre de utilizar rábano picante, también puede usarse lechuga. El Maror es sumergido en el Jaroset, una mezcla de dátiles, vino, nueces y manzanas, que simbolizan los ladrillos fabricados por los esclavos.

En síntesis, Pésaj es un festejo para celebrar la libertad sin perder de vista aquello de lo que nos liberamos. Es un momento para preguntarnos qué y cuánto significa nuestra libertad y quiénes la ponen en riesgo. También para pensar en qué cuestiones internas nos limitan y qué queremos ser. Son preguntas básicas, si no nos damos cuenta de qué o quién nos esclaviza, es imposible liberarnos y si no reconocemos el sentido de la libertad, no podemos festejarla.

Por eso Pésaj es una gran celebración! Es una buena fecha para reflexionar sobre aquello que nos hace más libres y planear actuar en consecuencia.

Matzah

En mi familia nunca se celebraron las festividades judías, pero para Pésaj mi madre siempre trae Matzah a casa. Como estoy lejos y en Bilbao no se consigue, esta vez me envió una receta:

Ingredientes
1/2kg de harina de matzah (o integral, o de trigo, si no conseguís)
½ cucharada de sal
1 taza de agua
3 cucharadas de aceite de oliva

Preparación
Volcar la harina junto con la sal sobre la mesada. Formar un hoyo en el centro. Agregarle el aceite y el agua de a poco mientras se va incorporando a la harina hasta formar una masa blanda. Amasarla durante 10 o 12 minutos hasta que la masa no esté elástica y nada pegajosa. Dejar en reposo cubierta con un paño durante 30 minutos.

Luego dividirla en porciones de aproximadamente 30 gramos y estirarla con el palote o aplastarla con la mano. Darle forma circular, cuadrada o triangular como más te guste. Dejarla en reposo 10 minutos y pinchar la masa con un tenedor. Espolvorear la masa con apenas harina y pincelarlas con aceite de oliva.

Cocinarla en un horno moderado de 180º hasta que estén cocidos. Quedan como galletas.

Carolina Ruggero, socióloga y experta en políticas públicas

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