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Ir de compras cuando el tendero quiere

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Hace unos días Nat nos hablaba de por qué lo deseable sería no querer irnos nunca de vacaciones, el post estaba asociado a la ética hacker y creo que ese a es una idea central en relación al ocio y el tiempo libre.

Ahora bien, qué pasa cuando no logras un equilibrio entre la atención a tus clientes, el disfrute de tu trabajo y el merecido descanso (entendido como necesidad de cambiar de registro). Más aun, ¿qué pasa cuando mi trabajo es estar disponible cuando otros están más dispuestos para venir a comprarme? Pasan distintas cosas…

Muchas veces comentamos que organizamos nuestra semana laboral de lunes a viernes (sobre todo las reuniones) porque es la mejor manera de compaginar tanto trabajo como tiempo libre con otras personas. Sin embargo, cuando tenemos ganas de hacer cosas como elegir un vestido especial en una tienda o centro comercial, o hacer la compra mensual en el super, suspendemos la actividad en la mesa de trabajo una tarde, una mañana o hasta un día entero. ¿Por qué? Porque el día ideal para hacerlo sería el domingo y los domingos todo está cerrado.

Las ciudades turísticas

SVBLa semana pasada nos tomamos unos días de descanso en San Vicente de la Barquera. No solo estaban absolutamente todos los comercios abiertos hasta tarde en la noche sino que además, aquellos que no tenían sus locales en la zona centro, pusieron puestos en la plaza.

Bilbao, que a estas alturas ya debe ser famosa entre los turistas por su tristeza en domingos, puentes y semanas santas, organizó por segundo año el BasqueFest, un conjunto de actividades rebosantes de tipismo y tradiciones rurales, que sería la gloria para cualquier ciudad o pueblo vecino pero que claramente está en contra del tipo de posicionamiento que busca Bilbao como ciudad receptora. Sin embargo, calculo, fue una medida desesperada del ayuntamiento para torcer el brazo a los comerciantes, muy dados a cerrar sus puertas cada vez que la ciudad se llena de turistas.

Es que el de los comerciantes de Bilbao es un caso muy traumático de interiorización de una norma que les perjudica, hasta el punto de defenderla en contra de la misma autoridad que debería vigilarla. ¿O será que no es el estado quien vigila el cumplimiento de la norma?

Los domingos del señor

familiacatolica03Hace unos días leíamos que en Hungría entró en vigor una nueva ley que limita la apertura de tiendas los domingos. Esta ley surge a partir de una iniciativa del partido cristiano fundamentalista KNDP, socio minoritario de la coalición en el poder. La ley solo se aplica a los comercios familiares que abarcan menos de 200 metros. Además, son excluidos de esta norma las farmacias, las tiendas de tabaco, los mercados de agricultores y los supermercados de las bases militares, así como las tiendas de las estaciones de tren y autobús, de los aeropuertos, los cines y los restaurantes.

Prohibidas también las entregas el domingo y la apertura de los comercios durante la semana entre las diez de la noche y las seis de la mañana… La prohibición no se aplica durante los cuatro domingos que preceden a la Navidad y los comerciantes podrán abrir un domingo al año a elección suya… En cuanto a las tiendas situadas en zonas turísticas, parece que podrán continuar abriendo, pero el Gobierno no descarta un cambio de opinión al respecto.

Muchas tiendas se han visto afectadas económicamente ya que en Hungría, como en muchos otros lugares, tiendas como las de bricolage, alcanzan sus mejores ventas los domingos. Para afrontar estas pérdidas, estos comercios han ampliado sus horarios los días entre semana, alargando notablemente la jornada laboral de sus trabajadores (que no se pagan más como las horas extra de los domingos).

El que quiere que vaya a misa y el que no…

OcioLa discusión sobre las regulaciones para la apertura de establecimientos comerciales ya es larga y, como no, llena de pretextos que como resultado tienen la invasión de la libertad individual. En el caso húngaro vemos como uno de los argumentos más esgrimidos, el de la protección del pequeño comercio frente a las grandes superficies, es falaz ya que en este caso las grandes superficies están exentas de cumplir con la normativa.

Lo que está en el fondo de estas normativas es el carácter moral del domingo y, de esta manera, la regulación de nuestro tiempo de ocio. ¿O acaso el señor que nos sirve el tradicional vermut del domingo no tiene derecho a descansar? Seguramente sí y lo hace en otro momento.

Por otro lado, me animaría a afirmar que, al igual que yo, muchas personas preferirían hacer sus compras que requieren más tiempo como si fuera parte del paseo o disfrutarían viendo tiendas abiertas mientras van al cine al centro comercial un domingo. Me atrevería a decir que alguien que no tiene trabajo también estaría motivado por un trabajo de fin de semana y festivos.

Pero no, no creo que todos los comerciantes deban abrir los domingos, solo aquellos a los que les resulte rentable. Porque si bien nosotros trabajamos muchas veces en domingo, nos resultaría difícil concertar muchas reuniones en fin de semana y algo parecido puede pasar en muchos sectores. De la misma manera, en algunas ciudades hay sucursales bancarias en centros comerciales que operan en fin de semana para que la gente que termina de trabajar después del cierre durante la semana pueda resolver algún trámite presencial que tenga pendiente. Seguramente les resulta rentable o no lo harían.

El comercio es flexible y busca oportunidades o no es comercio. De la misma manera, elijamos como día de reposo aquel que nos venga mejor y hagamos lo que más nos gusta. Desacralicemos el domingo.

Carolina Ruggero, socióloga y experta en políticas públicas

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