Con esas palabras me amenazaba mi padre para que me portara bien en la mesa cuando salíamos a comer afuera. La reciente muerte de la hija del dudoso conde es una buena excusa para recordar a este peculiar personaje, quien además de dar clases de patinaje, inventó pasos de tango y terminó vendiendo sus servicios de experto en protocolo al mismísimo General Perón (para Eva).
También murió Philippe Boiry, príncipe de la Patagonia, quien en 1951 sucedió a Antoine de Tounens, un aventurero del Perigord, autoproclamado rey de la Araucania y la Patagonia en 1860.
No dejan de ser historias de inmigrantes. Historias que refieren a la búsqueda de lejanas costas para dotar de nuevo significado a sus vidas.