No sé cuál habrá sido el momento exacto en el que me condicionaron a no desear suerte porque, paradójicamente, trae mala suerte. Es un problema porque si querés desearle a alguien SUERTE! con todas tus fuerzas, no te sirven ni el «mierda», ni el «break a leg», ni ninguna bobada por el estilo.
Soy bastante supersticiosa y amante de los conjuros, pero desearle suerte a alguien que realmente la merece, es desear suerte. Es irreemplazable para el que la desea y para quien la recibe. Así que para eso es este post: para desear SUERTE! sin rodeos, desde el corazón, como un conjuro.
One Comment
David de Ugarte
No hay suerte, no hay dioses, sólo lobos que, todos lo saben, muerden por no dejar pasar a los vivos al otro lado, el de las aguas subterráneas, el lado del que no se puede volver.