Ayer el sol logró varias cosas: que los esforzados planes para salir de casa se transformen en un paseo indiscutible, que el análisis sobre el perfil arquitectónico de la ciudad se vuelva profundo, que el queso y el vino supieran inigualables
Ayer el sol logró varias cosas: que los esforzados planes para salir de casa se transformen en un paseo indiscutible, que el análisis sobre el perfil arquitectónico de la ciudad se vuelva profundo, que el queso y el vino supieran inigualables