Visité Bilbao por primera vez. Además de los pintxos, motivaron mi visita una reunión en Garum Fundatio y conocer el Guggenheim.
De mención obligada si hablamos de reconversión de ciudades, este icono bilbaíno enriquece la ciudad al tiempo que nos hace un increíble relato en el que se mezclan arte e industria.
Estos dos motivos de visita, sumado a las discusiones mantenidas en Gijón, no dejaron que mi cabeza descansara ni un instante desde hace una semana: reordenar nuestra tarea en el CMD de Buenos Aires para mi exposición, sumado a los distintos debates referidos a diferentes contextos, me terminó de convencer de que no es posible un proyecto o política que pretenda tener fines social y económicamente inclusivos, si no propone concentrarse en la dimensión productiva del grupo o población a la que espera apoyar.
Definido esto, por las dudas aclaro, que para mí una estrategia productiva dirigida a la base de la pirámide, no debe variar sus objetivos respecto a cualquier otro tipo de población. El objetivo es el acceso al mercado, la calidad y la sostenibilidad. Lo que se presenta como tema de discusión es la metodología, creo que allí sí hay mucho por definir.
10 Comments
JACK
QUE BUENO ESTA EL BLOG CARO!!!! BESO jn
Caro
Gracias! 🙂
David
Me parece una idea clara e importante y ya sólo por eso hubiera merecido la pena el palizón de Gijón 🙂 Por cierto que mira que coincidencias en las referencias…
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Enrique
¡Muy bueno el blog! Es un ejercicio valioso de reflexión constante.
Caro
Esa es la idea! Gracias 🙂
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María
Que «una estrategia productiva dirigida a la base de la pirámide, no debe variar sus objetivos respecto a cualquier otro tipo de población» es vital 🙂 Lo contrario te lleva al asistencialismo de cabeza, con resultados nefastos. Y sobre todo, ese tratar a los pobres como si fueran tarados, es que me repatea las tripas.
Un abrazo!
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